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«¿Buscas algo, Asesino? Este juego es muy divertido, pero termina aburriendo…»
―Lord Basilisk[fte]

Lord Basilisk (¿? - 1190) fue un miembro de la Orden Templaria durante el Siglo XII. Basilisk participó como un cruzado de alto rango en las campañas que los Cristianos llevaron a cabo contra los musulmanes para conquistar Tierra Santa. Siendo amigo del rey de Jerusalén Guido de Lusignan, Basilisk estuvo a cargo de una operación para encontrar el Cáliz, escondido en Tierra Santa y sus alrededores.

El Templario llegó a poseer una de las tres llaves que abrían el Templo de las Arenas, el lugar que albergaba el Cáliz. Tras haber ordenado un ataque fallido contra los Asesinos Levantinos en su cuartel general, Alep, Basilisk batalló varias veces con el maestro Asesino Altaïr Ibn-La'Ahad, quien le terminó robando la llave y accedió al Templo de las Arenas. Tras haber perdido y ganado varias veces el santo grial—quien resultó ser una mujer llamada Adha—, Basilisk fue muerto a manos de Ibn-La'Ahad en Tiro.

Biografía[]

Campañas en Tierra Santa[]

El hombre conocido como Basilisk fue uno de los muchos militares europeos que se unieron a los ejércitos de los Cruzados cristianos en 1189, con el fin de reconquistar Jerusalén, recientemente capturada por los sarracenos de Salah Al'din. Basilisk fue un participante en la guerra, siendo un amigo cercano del rey de Jerusalén Guido de Lusignan, y uno de los miembros más prominentes de los Caballeros Templarios. Para el año siguiente, Basilisk estaba a cargo de la misión de encontrar el cáliz, un posible fragmento del Edén que tenía el poder de unificar a los cristianos y musulmanes localizado en el Templo de las Arenas, el cual estaba cerrado con tres llaves perdidas.[1]

Por este tiempo, Basilisk ordenó un ataque a la base de los Asesinos Levantinos, Alep. No obstante, los Asesinos fueron capaces de repeler a los Templarios y derrotarlos. Fue por esta época también cuando Basilisk halló una de las llaves del Templo de las Arenas, la cual cargó como un colgante en su cuello; tan pronto los Asesinos supieron esto, Basilisk se convirtió en el objetivo del maestro Asesino Altaïr Ibn-La'Ahad, quien había recibido de su Mentor Rashid ad-Din Sinan la misión de encontrar el cáliz.[1]

Búsqueda del cáliz[]

«¡Un Asesino! Y me ha encontrado justo antes de que le expulse de este mundo.»
―Lord Basilisk se encuentra con Altaïr Ibn-La'Ahad[fte]

En cierto momento, Basilisk fue a Jerusalén, invitado a una fiesta llevada a cabo por Guido de Lusignan, yendo al emplazamiento del evento en la villa de Lacoeur. En el sótano del edificio, Altaïr Ibn-La'Ahad lo desafío buscando la llave que Basilisk ostentaba en su cuello, logrando subírsele encima y tomarla, por mucho que el Templario hubiese afirmado que saldría victorioso. Antes de perder de vista al Asesino, hizo un intento en vano de atraparlo.[1]

Después de obtener el mapa que llevaba al Templo de las Arenas, Basilisk viajó hasta allí, sabiendo que el maestro Asesino lo seguiría. Basilisk lo esperó en la cámara principal, donde descubrió que el cáliz era en realidad una mujer llamada Adha. Allí, tras compartir su hallazgo con el Asesino, intentó detenerlo con varios de sus guardias, burlándose de su enemigo. Sin embargo, Ibn-La'Ahad los derrotó, mientras Basilisk aprovechó para huir del lugar, que empezó a derrumbarse.[1]

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Lord Basilisk en su última estancia.

Con esto, el Templario viajó a Tiro, estacionándose en una fortaleza Templaria. El Asesino le persiguió con el objetivo de matarlo, y pelearon dentro del recinto en el que se encontraban, con Basilisk quejándose de ser acosado. Ibn-La'Ahad terminó el combate tirando al Templario al suelo, y este empezó a suplicar por su vida, ofreciendo a cambio dos revelaciones. Una de ellas fue que el cáliz estaba en la villa de Don Carvaggio en Jerusalén, y la otra que los Cruzados planeaban envenenar el suministro de agua de Acre, que estaba bajo sitio.[1]

El Asesino se dirigió a Acre a la vez que Basilisk se recuperaba, para luego ir a Jerusalén. A pesar de que Ibn-La'Ahad quemase todos los barcos disponibles, el líder Templario se las arregló para llegar a Jerusalén. Aprovechó que uno de sus colegas Templarios, Harash, se hubiese infiltrado en Alep, donde se enfrentaría con Ibn-La'Ahad, para secuestrar a Adha una vez más. Con esto, Basilisk la llevó a Tiro de nuevo, planeando llevársela en barco.[1]

Ibn-La'Ahad arribó al puerto terminando con todo Templario que encontró, hasta encontrarse cara a cara con Lord Basilisk. El europeo dijo que se llevaría a Adha a un lugar que el Asesino desconocía, y huyó con el Cáliz a su barco. El maestro Asesino se las arregló para llegar hasta Basilisk a tiempo, y ambos combatieron una vez más, con el Templario jurando que no volverían a verse. Ibn-La'Ahad volvió a superar al cruzado, clavando su espada en la espalda de Basilisk, y rematándolo en el cuello con su hoja oculta.[1]

Legado[]

A pesar de su muerte, los Asesinos no fueron capaces de desatar los poderes de Adha, quien permaneció en posesión de los Templarios hasta que estos la asesinaron, por motivos desconocidos.[2] En en siglo XXI, la compañía Templaria Industrias Abstergo extrajo los recuerdos de Altaïr Ibn-La'Ahad de la memoria genética de su descendiente, Desmond Miles. En estos, Abstergo pudo ver a Basilisk en sus encuentros con el Asesino sirio.[1]

Personalidad y rasgos[]

«¡Ven, terminaré con esto para siempre!»
―Lord Basilisk[fte]

Basilisk era un hombre corpulento, con el pelo largo echado hacia atrás y barba de color rojo. Era un hombre temerario y confiado de si mismo, que se aprovechaba de cualquier medio para asegurar su supervivencia, cosa que mostró al revelar información a Ibn-La'Ahad a cambio de seguir viviendo. Su orgullo le terminó llevando a su muerte a manos del Asesino, creyendo que sería capaz de derrotarlo.[1]

Entre bastidores[]

Basilisk solo aparece en el videojuego de 2008 Assassin's Creed: Altaïr's Chronicles, que actúa como precuela de Assassin's Creed. Aparece como el antagonista principal, y el jugador, Altaïr Ibn-La'Ahad, entabla duelo con él tres veces a lo largo del juego, siendo derrotado siempre con un QTE.[1]

Se desconoce el rango de Basilisk. Assassin's Creed Encyclopedia establece que el puesto de Gran Maestro estuvo vacante entre 1189 y 1191, lo que niega que Basilisk fuese Gran Maestro. En el videojuego se dice que es un líder Templario, pudiendo referirse a que es un comandante de campo o un Maestro Templario. Tampoco se sabe si Basilisk es parte de su nombre o un apodo.[1][3]

Curiosamente, aunque algunos elementos del juego han sido mencionados en el canon posteriormente, como la participación de Altaïr en el asedio de Acre o la muerte de Alaat y Tamir, no es el caso de Basilisk.[3][4]

Apariciones[]

Fuentes[]

Notas y Referencias[]

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