Perotto Calderón (¿? - 1498) fue un Asesino durante la época del Renacimiento. Fue aclamado por su habilidad en el arco y el engaño, llegando también a trabajar en cubierto para los Borgia.
Él es el presunto padre de Giovanni Borgia y maestro de Francesco Vecellio.
Biografía[]
Vida en la Hermandad[]
Perotto fue entrenado de muy joven para ser Asesino. Fue iniciado de la manera tradicional recitando el Credo, recibiendo su marca en el dedo anular izquierdo y haciendo un salto de fe.
Después de hacerse Asesino experimentado, Perotto fue asignado para entrenar al joven Francesco Vecellio, al quien le aceptó como si fuera su propio hijo. A pesar de que encontró al joven muy débil y perfeccionista le enseñó todo lo que pudo y le elogió como sabio más allá de los años.
Encubierto en los Borgia[]
En 1498, Perotto trabajó como mensajero para la familia Borgia con el fin de espiar la actividad de losTemplarios en Roma.
Perotto entregando una carta a Lucrecia Borgia.
Este recopiló mucha información mediante la lectura (y la alteración en algunas ocasiones). Tambien espió las conversaciones de Rodrigo Borgia y su hijo César. Entre ello descubrió engaños planificados y ejecuciones de los cuales informaba todo a la Hermandad a través de su aprendiz Francesco.
En el transcurso de su servicio, Perotto entregó cartas a Lucrecia Borgia que estaba alojada en un convento en San Sisto. Al ver las lágrimas de los mensajes que recibía Perotto se compadeció de ella hasta finalmente enamorarse.
Aventura con Lucrecia[]
Perotto y Lucrecia en un momento intimo.
Con el fin de ganarse el favor de Lucrecia, Perotto comenzó a traerle regalos, a menudo sus blancos de asesinatos y gente destinada al papado. Con el tiempo ambos caminaron por el convento y mientras Lucrecia le preguntaba acerca de sus servicios como mensajero los dos se trataban de ofender en broma con chistes sucios.
Luego de hacerse amigo de Lucrecia, Perotto recibió muchos consejos de Giulia; la camarera de Lucrecia. Esta le dijo los gustos de Lucrecia. A pesar de su creciente apego, Perotto y Lucrecia se vieron obligados a no verse en público y mantener cierta distancia ya que no podían ser vistos. Pero su relación se hizo más intima cuando en una noche de pasión (sexo desenfrenado) Lucrecia terminó embarazada. Sin embargo se desconoce si el niño fue engendrado por Perotto o por su hermano César.
Cuando el niño finalmente nació, un doctor lo examino y dedujo que posiblemente moriría en pocos días.
Escape y traición[]
Perotto y su hijo en brazos.
Incapaz de ocultar su secreto, Perotto fue severamente golpeado y enviado a la cárcel. Con la ayuda de Giulia que en secreto le trajo varias ganzúas se las arregló para salir de prisión. Pero a pesar de sus heridas, Perotto fue capaz de recuperar a su hijo gracias al hermano de Giulia y se lo llevó fuera de Roma sabiendo que sería imposible volver a ver a Lucrecia otra vez.
Cuando Rodrigo Borgia se enteró de su fuga, envió a varios soldados a cazarle. Pero Perotto les emboscó a las afueras de Florencia con su arco matando e hiriendo a la mayoría de ellos.
Después de aquello Perotto se dirigió a Agnadello. El sabia que la única cosa que podía curar a su hijo era el Sudario del Edén que estaba en manos de la Orden. Al llegar a la ciudad tuvo que pelear contra sus propios hermanos que se interponían en su camino ganando el combate y matando a los defensores del Sudario.
Perotto luchando contra sus hermanos Asesinos
Perotto llegó a la casa de su amigo y guardián del Sudario, Rinaldo Vitturi, a quien le pidió que sanara a su hijo. En un principio el Sudario se negó hasta que por la insistencia de Perotto, el Sudario comenzó a fluir vida en su cuerpo que pasaba a su hijo. Sin embargo la imprudencia le costó caro ya que sus hermanos, entre ellos su aprendiz Francesco Vecellio, decidieron que Perotto era una amenaza que debía ser eliminada. Le siguieron hasta Agnadello y al llegar a esta encontraron los cuerpos de sus compañeros muertos y interrogando a los civiles de su posible ubicación.
Los últimos momentos de Perotto.
Cuando se libró la batalla de arcos, la ventaja estuvo del lado de Perotto haciendo caer a varios de sus hermanos, incluso a los que estuvieron más cerca de él. Pero fue incapaz de atacar a Francesco, a pesar de que este le apuntaba también. Finalmente, Perotto fue rodeado y se le impuso justicia rápida (muerte) por romper las principales normas del Credo.