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Cappadocia

Capadocia

Cappadocia es una región situada en el centro de Turquía. A pesar de que una parte de la población vive sobre la tierra, la sección principal de la región se encuentra bajo tierra.

Durante el siglo XVI, Capadocia está controlada por los templarios. Muchos bizantinos pobres se refugiaron allí después de la caída de Constantinopla en manos del Imperio Otomano.

Historia

Durante el siglo XVI, los templarios establecieron su cuartel general en Capadocia, después de haber sido expulsados de su anterior base en Roma por los asesinos. Allí, los templarios crearon cárceles y se instauraron como gobernantes de la ciudad, llenando las calles de templarios bizantinos.

Manuel Palaiologos, templario encargado de la búsqueda de las llaves de Masyaf, residía en Capadocia durante algún tiempo después de que su familia perdiera su dominio en el trono otomano. En 1511, él, junto con su guardaespaldas, Shahkulu, son los gobernantes de la ciudad y hasta allí envían un cargamento de armas y munición que anteriormente habían negociado en Constantinopla con Tarik Barleti, capitán de los jenízaros.

Dichas armas serían muy necesarias para el golpe de estado que pretendía dar Manuel para así poder subir al trono como emperador bizantino. Sin embargo, aunque Tarik negociara con él, mantenía espías otomanos en Capadocia, ya que su plan real era atacar a los bizantinos en su propio refugio sin darles tiempo a llegar hasta Constantinopla.

La función de estos espías era observar la actividad de los templarios en la ciudad e informar a los jenízaros. Pero cuando Tarik estaba recopilando información sobre sus enemigos, el asesino Ezio Auditore da Firenze le asesina creyendo que es un traidor al sultán y afín a los planes de los templarios.

Ezio, en compensación por haberle asesinado injustamente, parte hacia Capadocia en marzo de 1512. Al llegar localiza a una de las espías de Tarik, Dilara, que le informa que el resto de su gente ha sido apresada por Shahkulu. Después de hablar con ella y de separarse, Ezio escucha comentarios de unos guardias en los que se entera de que Dilara ha sido apresada. Al llegar a las cárceles, escucha de boca de Shahkulu los planes que tiene para ella: llevarla hasta la capilla de la ciudad y allí torturarla y matarla junto al resto de sus compañeros espías.

Sin embargo, Ezio consigue recuperar las llaves de la celda y la rescata. Pero ella quiere venganza y va en busca de sus amigos antes de que sea tarde. Él la acompaña y decide asesinar a Shahkulu mientras está torturando a Janos, uno de sus prisioneros. Dilara, agradecida por el gesto, le dice que las armas que Tarik había vendido a Manuel son inservibles pero que la pólvora sí era real. Y le indica la situación exacta del arsenal.

Ezio tiene una idea muy clara: hacer explotar el arsenal para que no puedan usar la pólvora y, entre la confusión de la gente, buscar y asesinar a Manuel Palaiologos. Así lo hace. El arsenal explota y Manuel intenta gritar a la gente y calmarla, con lo que a Ezio no le cuesta nada encontrarle.

Cuando Manuel se da cuenta que Ezio se le está acercando, avisa a sus guardias y corre en dirección contraria para salvar la vida. Sin embargo, Manuel llega a unos muelles en los que no tiene escapatoria ninguna y debe enfrentarse a Ezio, que ha logrado eludir a los guardias.

Allí pelean y Ezio le asesina con su espada. Manuel se lamenta de no haber podido cumplir su sueño de ser emperador bizantino y le entrega a Ezio la última de las llaves de la biblioteca de Masyaf.

Justo cuando Ezio se dispone a partir, aparece el príncipe Ahmed subido en una barca. Allí le dice que él es el verdadero maestro templario y le amenaza con capturar a Sofía Sartor.

Ahmed no se marcha sin decirles a sus guardias que mataran a Ezio, aunque el asesino es más fuerte que ellos y logra escapar de los muelles subterráneos. Pero cuando llega a la puerta de los muelles ve como toda la ciudad subterránea está cubierta por el humo provocado por la explosión de la pólvora. La gente se ahoga e intenta correr hacia el exterior. Ezio logra llegar hasta allí a duras penas y enseguida se embarca rumbo a Constantinopla.

Galería

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