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«Siempre ha existido gente sedienta de poder y control. Y siempre ha habido gente dispuesta a enfrentarse a ellos.»
―Darío a Kassandra, c. 429 a. e. c.
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Artabano[1], que luego se haría llamar Darío (Darius en inglés), fue el responsable de la muerte del rey Jerjes I de Persia en el año 465 a. e. c. Defensor de la libertad desde muy joven, consagró su vida a combatir contra la Orden de los Antiguos y cualquiera que se aliase con ellos[2].

Primer portador de la hoja oculta[3], Darío no solo sirvió de inspiración a otros que lucharían por la libertad como los Ocultos sino que instauró el uso de la hoja entre la futura Hermandad de los Asesinos[4].

Biografía[]

El asesino de reyes[]

Jerjes[]

Artabano era miembro de la guardia real y en el año 465 a. e. c. decidió eliminar al rey Jerjes que en secreto era apoyado por el Orden de los Antiguos, un grupo que manipulaba los sucesos en Persia. Para ello, contaría con el apoyo de otros dos conspiradores llamados Amorges y Pactias[2].

Sombra de una leyenda 10

Aprovechando que estaba siendo trasladado por un bosque, varios atacantes se enfrentaron al séquito del rey pero fueron superados fácilmente. Jerjes, confiado, subestimó a los rebeldes y calificó sus muertes de inútiles pero no previó que su verdugo ya estaba ahí.

Sombra de una leyenda 15

Artabano clavando su hoja oculta en el cuello del rey.

Quitándose la máscara, Artabano clavó su hoja oculta en el cuello del tirano dejando que se desangrara en su trono[5].

Artajerjes[]

Primera oportunidad[]

Cuando el nuevo rey asumió el cargo, Artabano estaba convencido de que la Orden pronto lo volvería su nuevo títere y resolvió asesinarlo para evitarlo. Pero Amorges tenía otra forma de pensar, creía que tal vez podían unirse a la Orden y así construir un mejor futuro para Persia.

Artabano descartó de lleno esa opción y se marchó: mataría a Artajerjes cueste lo que cueste[2]

Las piezas del rompecabezas 12

Artabano frente al despacho de Artajerjes.

Una noche, frente al despacho real, un encapuchado Artabano se disponía a cumplir su misión; sin embargo Amorges se interpuso en su camino, dejando claro que se había unido a la Orden. Los antiguos amigos se enfrentaron en una pelea muy pareja aunque, luego de recibir un corte en la mano, Amorges llamó a los guardias obligando al otro a huir[2].

Segunda oportunidad[]

A pesar de aquel revés Artabano, ahora conocido como Darío, tuvo otra chance para acabar con el soberano. El príncipe Histaspes, ansioso por llegar al poder, lo contrató para eliminar a su hermano. Esta vez en lugar de fuerza bruta usaría veneno.

Aun así, Artajerjes sobreviviría al complot aunque quedó ciego por la sustancia. Solo e indefenso, decidió huir de Persia haciendo creer al pueblo que en verdad había muerto por lo que Histaspes reclamó el trono[6].

Huyendo de la Orden[]

Con Amorges como líder de la Orden de los Antiguos persa, Darío se vio obligado a huir constantemente y a pulir sus habilidades. Los varios enfrentamientos a lo largo de los años lo volvieron desconfiado y le dejaron más de una cicatriz. A pesar de ello, tuvo oportunidad de crear una familia y tener varios hijos, como Natakas y Neema.

Desgraciadamente la tranquilidad duraría poco ya que en algún punto fueron atacados, sobreviviendo solo Natakas y el propio Darío.

Enfrentando al pasado[]

La Orden de los Cazadores[]

Encuentro con la misthios[]

Años después, durante la Guerra del Peloponeso, Darío y Natakas viajaron a Macedonia buscando refugio pero fueron alcanzados por la Orden de los Cazadores, una rama de la Orden de los Antiguos dedicada a eliminar a los "Mancillados". Este grupo se encontraba tras la "portadora del águila" y decidió quemar una villa obligando a Darío a huir, sin embargo su hijo se quedó para ayudar a los necesitados[7].

La Orden de los Antiguos

Soldados de la Orden a punto de atacar a Kassandra.

Paralelamente, la mercenaria Kassandra acudió al lugar atraída por las llamas. Tras rescatar a tres personas se encontró con Natakas al mismo tiempo que hombres de la Orden se disponían a arremeter contra ella. No fueron gran desafío.

Pero no había tiempo para celebrar, Natakas señaló a soldados espartanos que estaban masacrando inocentes. Luego de detenerlos, el chico se marchó no sin antes avisar que el líder de la Orden continuaba por la zona, dejando un rastro de muerte por doquier. Kassandra tomó nota y se puso a investigar[7].

Sombra de una leyenda 1

En efecto, encontró una fila de cadáveres a lo largo de un río que condujo a una gruta donde estaba el cuerpo del guardia de élite que la había amenazado en la villa. Sin embargo, antes de poder reaccionar, Darío se abalanzó sobre ella espada en mano.

Sombra de una leyenda 6

Natakas llegando a tiempo para detener la pelea.

Ambos cayeron a un foso y sin decir palabra el anciano, creyendo que se trataba de alguien de la Orden, se dispuso a pelear.

Minutos después llegó Natakas para hacerle entrar en razón señalando que se trataba de una aliada. Darío, imperturbable, guardó su hoja y se marchó. Natakas señaló a Kassandra la ubicación de su escondite por si quería ayudar[5].

Una alianza incómoda[]

En una cueva bajo un arco de piedra los encontró. Fastidiada, la mercenaria exigió una explicación. Darío, que aún no confiaba en ella, decidió no revelar demasiado pero le explicó el origen de su lucha con la muerte de Jerjes.    

Sombra de una leyenda 7

Darío a punto de contar su historia a Kassandra.

A pesar de sus diferencias, los tres decidieron unirse para detener a la Orden y evitar el sufrimiento de más inocentes[5]

El Reclutador[]

Mientras Kassandra y Natakas investigaban una extraña peste en Potidea provocada por Timosa[8], Darío rastreó al Reclutador, otro miembro de la Orden que estaba atrayendo adeptos en Macedonia. Cuando la mercenaria encontró al encapuchado frente al fuerte de Olinto, este le encomendó hacerse con cualquier mensaje que revelara el lugar de su próxima reunión. Pero debía hacerlo con discreción[9].

Kassandra no tuvo problema y al rato regresó con tres documentos, uno de ellos rezaba: "Las cabras se desangran y las polillas acudirán a la luz. La serpiente renacerá. Nuevos colmillos, nueva piel, nueva vida". Darío, que estaba en una cabrería, dedujo que la reunión tendría lugar pronto ya que la Orden usaba sangre de cabra en sus rituales de iniciación.

El Reclutador expuesto 4

Kassandra y Darío fijándose en las piras de heno.

Aunque tal conocimiento le parecía sospechoso, la misthios ayudó señalando unas piras de heno con restos de hollín. Esa era la pieza que faltaba: la Orden llamaba a sus seguidores incendiando heno en las noches.

Con todas las pistas en su lugar, el dúo acordó encontrarse en una cabrería cercana al anochecer[9].

El Reclutador expuesto 6

Kassandra y Darío observando la reunión del Reclutador.

En efecto, al ponerse la noche, el Reclutador se reunió con un grupo de macedonios dispuestos a unirse a la Orden para acabar con la portadora del águila. Antes de poder reaccionar, Kassandra se percató de que Darío la había dejado sola por lo que se vio obligada a acabar con los presentes sin ayuda.

Aquello sin embargo era una estratagema para probar si en verdad no estaba aliada con la Orden. Cuando vio al Reclutador muerto, el encapuchado salió de entre las sombras. Gracias a Bubares tenían otra pista: el Cazador se iba a reunir con él en un lago. Tras confirmar que ahora confiaba en la mercenaria, Darío se marchó a investigar por su cuenta[9].

El Cazador[]

Un contacto de Natakas condujo al fin hacia el Cazador[10]. El enfrentamiento hizo mella en Kassandra, que por un momento dudó de si era igual o peor que la propia Orden. Aun así decidió enfrentarlo, a él y a sus bestias.

Con todas sus habilidades de camuflaje y flechas venenosas, el Cazador resultó herido y huyó hacia una cueva. No fue suficiente, Ícaro siguió su rastro y guió a su dueña al lugar[2].

Las piezas del rompecabezas 8

Cuando Darío y Natakas llegaron, el enmascarado se encontraba tumbado en el suelo. Moribundo, exigió al asesino de Jerjes -llamándolo por su verdadero nombre- contar toda la verdad, cómo empezó la caza de la Orden contra su familia. Ante la insistencia de Kassandra y consciente de que no había otra forma, Darío lo hizo, reveló cómo se ganó el desprecio de sus antiguos amigos luego de enfrentar a Amorges aquella noche.

Las piezas del rompecabezas 7

Artabano frente a Pactias en sus últimos momentos.

Devastado por la verdad, Natakas solo atinó a recriminarle cuánto había pesado sobre su familia tamaña rebeldía. Darío no pudo hacer más que aceptar su culpa, admitiendo que no pensaba en otra cosa. 

Natakas, consciente de que la muerte de Pactias enfurecería a Amorges, se dispuso a recoger sus cosas para marcharse. Por su parte el anciano pidió algo de privacidad a Kassandra pues debía "enterrar a un viejo amigo"[2]

No es un adiós...[]
Protector de Persia 26

Antes de partir, Darío advirtió a la mercenaria de que Amorges usaría todos sus recursos para acabar con ella. Kassandra, sin preocuparse, señaló que juntos no tenían qué preocuparse. Esperanzados en el porvenir, los tres compartieron un rato mirando el horizonte, sabiendo que se volverían a ver[2].

La Orden de la Tormenta[]

Sin embargo la aventura estaba lejos de terminar. Otra rama de los Antiguos, la Orden de la Tormenta, se dispuso a darles caza.

Legado[]

Siglo I a. e. c.[]

Bayek adquiere la hoja oculta

Bayek de Siwa adquiriendo la hoja de Darío.

Después de su muerte, el nombre de Darío continuó siendo recordado en especial por el asesinato de Jerjes. De algún modo su hoja oculta llegó a manos de la reina Cleopatra VII, que se la entregó a Aya, su más fiel guerrera, que a su vez la entregó a su esposo Bayek[4].

Años después, en 47 a. e. c., cuando Cleopatra alcanzó el trono gracias a la ayuda de Julio César, la joven reina olvidó su deuda con Aya y Bayek. Estos, indignados, crearon a los Ocultos, un grupo que luchaba en las sombras para combatir la tiranía y el abuso sobre los más débiles. Su arma predilecta era justamente la hoja de Darío que comenzó a ser replicada y producida en masa para nuevos miembros[4].

Con el paso de los siglos los Ocultos darían paso a la Hermandad de los Asesinos y mantendrían la hoja oculta como herramienta habitual, aunque modificándola o mejorándola de acuerdo a la época y lugar.

Siglo XV[]

Darius ACoP

Estatua de Darío en el santuario de la Villa Auditore.

Durante el Renacimiento, el Asesino italiano Ezio Auditore descubrió un santuario dedicado a Darío escondido en Santa María Novella, Florencia[3]. Ahí junto a la tumba encontró un sello que unido a otros cinco permitía tomar la armadura de Altaïr Ibn-La'Ahad bajo la Villa Auditore, en Monteriggioni.

Justamente en el santuario había una estatua en honor a Darío, mostrándolo con su icónica arma[3].

Entradas en la base de datos[]

Assassin's Creed: Rebellion[]

Azote de Jerjes

Darío, antaño conocido como Artabano, fue un guerrero de élite y Asesino primigenio que vivió en Persia en el siglo V a. e. c. El emperador persa Jerjes I no fue sino un peón de la Orden de los Antiguos que acataba los caprichos de esta a expensas de su propio pueblo. Darío se percató de esto, y con la ayuda de algunos camaradas guerreros inició la oposición a la Orden. Fue él quien construyó -y usó- un precursor de la hoja oculta de los Asesinos para matar a Jerjes.

Artajerjes I de Persia, el hijo de Jerjes, sucedió a su padre, y Darío se dispuso a asesinarlo antes de que también cayera preso de la corrupción de la Orden. Sus aliados no vieron con buenos ojos esta postura agresiva, y Amorges, mejor amigo y confidente de Darío, lo delató ante la Orden, que lo declararía traidor inmediatamente. Darío optó por huir de Persia con su familia antes que enfrentarse solo a la Orden.

A pesar de sus esfuerzos por proteger a los suyos, la Orden acabó por localizarlos y asesinaron a su mujer y a su hija. Obligados a continuar hacia el oeste, Darío y Natakas, su hijo superviviente, acabarían estableciéndose en Grecia y escondiéndose de la Orden de los Antiguos persa en los bosques de Macedonia.

Darío era un diestro y letal guerrero que prefería las técnicas sigilosas al enfrentamiento abierto, pero era más que capaz de defenderse. Un aliado desconfiado y taciturno al principio, pero leal.

Su obsesión por derrotar a la Orden de los Antiguos jamás se desvaneció, y aprovechaba la menor oportunidad para saciar su sed de venganza.

Curiosidades[]

  • Aunque la estatua bajo la Villa Auditore muestra la hoja oculta debajo de la muñeca, en vida Darío la usaba sobre el antebrazo derecho.
    • Del mismo modo es imposible que Darío haya usado una insignia Asesina puesto que para esa época ni siquiera los Ocultos, que fueron los primeros en usar tal símbolo, existían.
  • Según el polímata Aristóteles, Artabano mató al príncipe Darío poco antes de hacer lo mismo con Jerjes. Sin embargo historiadores como Ctesias, Dioduro y Pompeyo afirmaron que el regicida acusó al príncipe y convenció a Artajerjes de ejecutarlo en venganza.

Apariciones[]

Galería[]

Fuentes y/o referencias[]

  1. Assassin's Creed Origins Collector's Edition Art Book
  2. 2,0 2,1 2,2 2,3 2,4 2,5 2,6 Assassin's Creed Odyssey: El legado de la primera hoja oculta - Protector de Persia
  3. 3,0 3,1 3,2 Assassin's Creed II
  4. 4,0 4,1 4,2 Assassin's Creed: Origins, el videojuego - Aya Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; el nombre «:2» está definido varias veces con contenidos diferentes Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; el nombre «:2» está definido varias veces con contenidos diferentes
  5. 5,0 5,1 5,2 Assassin's Creed Odyssey: El legado de la primera hoja oculta - Sombra de una leyenda
  6. Assassin's Creed: Odyssey, el videojuego - Príncipe de Persia
  7. 7,0 7,1 Assassin's Creed Odyssey: El legado de la primera hoja oculta - Vengan los caballos
  8. Assassin's Creed Odyssey: El legado de la primera hoja oculta - El mal misterioso
  9. 9,0 9,1 9,2 Assassin's Creed Odyssey: El legado de la primera hoja oculta - El Reclutador expuesto
  10. Assassin's Creed Odyssey: El legado de la primera hoja oculta - Quejidos en la niebla

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